Señor mío y Dios mío, gracias por este día de bendición que me has dado. Por cada una de las cosas que he vivido. Por las personas con las que me encontré, por sus sueños, por sus metas y por sus ganas de compartir la vida conmigo. Gracias, porque a través de ellos yo puedo encontrarte a Ti. Gracias porque me has liberado y me has hecho una persona capaz de vencer las dificultades. Gracias, porque los problemas no son más grandes que Tú, y me lo recuerdas siempre. Gracias, Señor, porque puedo encontrarte cada vez que te necesito, porque cuando la vida se pone difícil, puedo sentirte a mi lado y sentirme abrazado y amado por Ti. Quiero que cada una de mis realidades esté siempre en Ti, que mis sueños, mis deseos y anhelos estén en tus manos. Que cada cosa que alcance sea para darte gloria y para reconocer que eres grande y que haces cosas así de grandes por mí.
Amén.
Por Alberto Linero✍
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