Señor, al llegar la noche mis labios te agradecen por la felicidad que siento en mi corazón al saberme amado por Tí.
Te necesito, mi Niño Dios, soy débil si no estás conmigo. Quiero pedirte que me ayudes a manejar todas esas situaciones que se me salen de control.
Llena mi vida, llena mi ser, haz de mí lo que más te agrada. Gracias porque puedo llegar hasta Tí y descubrir que me das nueva vida, una donde el amor se convierte en mi alimento, en mi motivación para enfrentar las dificultades.
Gracias, Señor, porque nunca me abandonas, porque eres leal y te mantienes fiel. Te pido que me cuides y veles mi descanso, para tener un lindo amanecer.
Regálame un corazón limpio como el tuyo, limpio y capaz de entregarlo todo por amor, un corazón audaz capaz de compartir la vida con las personas que amo. Eres grande y poderoso, todo lo que quieres lo haces en el cielo y en la tierra.
Gracias por dejarme participar de tu amor, por ponerlo en mi corazón para compartirlo con los que me rodean.
Quiero poder ayudar y servir de puente entre Tú y tantas personas que tienen hambre y sed de justicia.
No sólo quiero la gracia y el amor para mí, al sentir tu poder diariamente me hago consciente de cuánto más te necesita la humanidad. Quiero refugiarme en Tí para despertar con nuevos ánimos para vivir.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén…
¡En la Voluntad de Dios siempre!
VENGA A NOSOTROS TU REINO, SEÑOR✍.
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