Señor mío y Dios mío, hoy me despierto con alegría, con sabor en mi vida y en mi corazón. Con disposición para ver todos los colores que hay en el mundo. Para acoger en mí todo lo lindo que la vida me quiere brindar. Sé que no todo es tristeza, ni tampoco todo es alegría, sin embargo, hoy desperté con ganas de reír, de gozar, de darme una vida tranquila a pesar de los problemas. No quiero darme mala vida por situaciones externas a mí. Gracias por este nuevo despertar, por poder respirar y por poder contemplar a mi alrededor tantas cosas bellas que me ayudan en mi propósito de ser feliz y de estar bien. Llévame por caminos de bendición, por los caminos que más me convengan en la vida, y no por aquellos que conducen a la perdición, a las cosas que no vienen de Ti. Gracias por tu amor infinito que es motivo de alegría para mí. Bendito y alabado seas por siempre.
Amén.
Por Alberto Linero✍
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