Alberto Linero
Señor mío y Dios mío, a esta hora me quedo con una petición del padrenuestro: perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
Sí, perdona mis embarradas, perdona eso que es un aguijón en mi carne y me puya para fallar, perdóname porque he cedido ante mis pasiones, reconozco que las emociones y los sentimientos hacen parte de mi naturaleza humana, pero por madurez debo manejarlas, perdóname por haber cedido ante la rabia, la frustración, porque termino peleando con mis seres queridos o los demás terminan pagando.
Y también ayúdame a perdonar a aquellos que me han hecho daño, desde niño recibí palabras desalentadoras, he recibido insultos, traiciones, puñaladas por la espalda, personas quisieron y quieren atacarme y desestabilizarme.
Pero yo confío en Ti, Tú eres el Dios del perdón.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén…
¡En la Voluntad de Dios siempre!
“Como
María seamos peregrinos de ESPERANZA”✍.
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