Señor mío y Dios mío, mi corazón está abierto a tu acción. Mi vida se abre a tus manos que moldean como un escultor moldea su escultura. Sé que tocas mi corazón y, al tocarlo, lo sanas, lo renuevas y le infundes un nuevo aliento. Eso me hace sentir tranquilo. Quiero darte gracias por lo que haces en mí. Es hermoso que solo baste abrirte el corazón y dejarte actuar en él para sentirme nuevo. Disipa de mi interior las tinieblas, el miedo, las heridas del pasado y dame libertad para poder vivir de manera auténtica, con sentido pleno. En esta noche te digo con todo el corazón que quiero ser libre de todo aquello que me ata y me lleva a la depresión, a la tristeza, al gris de la existencia. Dame la gracia de ponerle color a mi vida y, de esa manera, también ponerle color a la vida de los demás. Gracias por la paz que infundes en mí, por la fuerza que siempre imprimes en mi corazón y que es la que me lleva a actuar de la mejor manera posible.
Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario