domingo, 14 de diciembre de 2025

 

Alberto Linero


Señor mío y Dios mío, gracias porque hoy me acordé del niño que fui, no por nostalgia, sino porque me hizo bien. Me reí sin motivo, miré las luces sin apuro, me emocioné con cosas pequeñas, eso me devolvió algo que no sabía que me faltaba.

 

 Gracias por eso, por dejarme mirar sin juicio, por dejarme sentir sin miedo a quedar como bobo.

 

 Hoy no resolví el mundo, pero lo miré con ternura. Y si por momentos se me olvidó, te pido perdón, a veces me gana el afán, a veces no me detengo.

 

 Dame descanso del cuerpo y de esa exigencia tonta de tener que ser adulto todo el tiempo.

 

 Que mañana no me cueste volver a mirar así, que no me dé vergüenza alegrarme por lo simple. Y si Tú me hablas a través de esas cosas, que no me distraiga. Y ahora, ayúdame a dormir tranquilo.

 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.  Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

 

¡Es tu fuerza la que me levanta, Señor!

 

“Como María seamos peregrinos de ESPERANZA”.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario