Alberto Linero
Señor mío y Dios mío, en esta noche el cansancio es grande, pero no quiero terminar el día sin darte las gracias por todo lo vivido.
Gracias, Señor, por estar aquí, gracias por amarme. Y me uno a la Novena de Navidad, que no sean palabras vacías, sino que reafirmo mi compromiso contigo, porque Tú has venido a este mundo a llenarnos de amor y de esperanza. Y me invitas a practicar el amor, a donarme, a servir.
Te entrego en esta noche todo mi ser y bendice a todas las personas que en este momento se encuentren viviendo momentos difíciles y no te conocen. Bendíceme siempre y bendice con muchas cosas buenas a todas las personas a las que amo. Sé que nos sostienes y nos quieres ver plenamente felices.
Quiero que mi corazón sea un pesebre en el que nazcas y mi vida sea llena de esperanza, paz, unión y amor.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén…
¡En la Voluntad de Dios siempre!
VENGA A NOSOTROS TU REINO, SEÑOR✍.
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ADVIENTO: RECORRIDO PARA LLEGAR A LA NAVIDAD
Mons. Tomás Morel, nuevo obispo de la Vega
«Tú eres el Pesebre: Reflexiones de Esperanza en la Ultreya del Adviento»
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